De la presentación de productos de Apple se esperaba un poco más. Estos shows, con desfiles de nuevas funcionalidades no siempre cumplen con lo que el público espera de ello y quizás, la compañía está realmente en una crisis de innovación. Si bien la empresa de Cupertino presentó nuevas versiones de sus productos insignia, las promesas de una renovación tecnológica y de diseño no se materializaron, dejando a muchos preguntándose si Apple está perdiendo una carrera que alguna vez supo liderar.

En lugar de una propuesta audaz, lo que vimos fue una mejora incremental en dos componentes: un nuevo diseño para el iPhone 17 Pro y la introducción de la gama iPhone Air. Si bien la apuesta por un diseño más delgado y eficiente en el Air es notable, el sobresaliente módulo de la cámara contradice por completo la idea de ligereza de su diseño, generando una contradicción visual que choca con la promesa de la marca. En cuanto al modelo Pro, Apple optó por un rediseño de cámaras y colores más atractivos, quizás en un intento por desviar la atención de las deficiencias que aún se le exigen a estos dispositivos. Al final del día, las grandes novedades se reducen a más poder en las cámaras y los procesadores.

Pero la mayor decepción del evento, y el núcleo de la falta de innovación percibida, fue la tímida referencia a Apple Intelligence. En un mundo donde la inteligencia artificial ha tomado el control, uno esperaría que una de las empresas tecnológicas más importantes de la industria se hubiera posicionado de manera sólida. Sin embargo, lo que se presentó fue una plataforma que, además de llegar con un considerable retraso, se mostró mucho más limitada que la de sus competidores.

Aunque se mostró una de las funciones más esperadas, la traducción en tiempo real de los AirPods Pro 3, que forma parte de la plataforma Apple Intelligence, aún queda por ver cómo funcionará en la práctica. Esta funcionalidad permitirá mantener conversaciones en distintos idiomas, una herramienta que podría ser revolucionaria. No obstante, Apple ha prometido que el "desembarco final de la IA" en sus dispositivos ocurrirá en 2026.

La presentación dejó más dudas que certidumbres. Por un lado, la compañía se aseguró de que sus equipos móviles, con el lanzamiento de los nuevos chips A19 Pro, estén más que preparados para la IA. Por otro lado, la demora es palpable. Mientras Samsung y Google ya están varios pasos por delante con sus asistentes y funcionalidades que van más allá de la simple mejora de fotografías o videos, Apple parece estar perdiendo la batalla en la carrera del momento.

Quizás la privacidad sea la clave. Apple dejó claro que Apple Intelligence se centrará en proteger la privacidad de los usuarios, aprovechando modelos de lenguaje que se ejecutan en el dispositivo o en una nube privada. Es un valor que la marca defiende con fervor. Pero la pregunta que flota en el aire es si, para cuando Apple decida dar el gran salto, ya será demasiado tarde.